Adem?s no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo fundamental para vivir

Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo. Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante.

Leer un buen libro es casi como estar en la luna. Durante esos instantes, mientras te sumerges entre las p?ginas, dejas de tener los pies en la tierra, viajas lejos, a otros lugares, a otros mundos, a otras vidas...

Al margen del par?ntesis en el pulso constante que manten?amos desde que nos hab?amos conocido, yo cre?a seguir teniendo claro lo que me conven?a. Hubiera firmado en ese mismo instante por una aventura de una noche con alg?n tipo guapo y amable, algo que devolviera mi coraz?n a la vida, que me mostrara que los para siempre no existen pero los aqu? y ahora no est?n tan mal. Porque seguir esperando el amor perfecto me resultaba pueril y ya hab?a descubierto que la ingenuidad solo se traduce en dolor y heridas que nunca terminan de cicatrizar.

El d?a de hoy no se volver? a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente; sino mimando cada situaci?n, escuchando a cada compa?ero, intentando realizar cada sue?o positivo, buscando el ?xito del otro; y examin?ndote de la asignatura fundamental: el amor. Para que un d?a no lamentes haber malgastado ego?stamente tu capacidad de amar y dar vida

"No solo somos lo que hacemos, sino tambi?n lo que no hacemos. Somos lo que decimos, casi tanto como lo que callamos. Somos las preguntas que no nos atrevemos a pronunciar, en la misma medida que esas respuestas nunca llegar?n y permanecer?n eternamente flotando entre remolinos de miedo e incertidumbre. Somos la sutilidad de una mirada, la intimidad de una caricia suave, la curva de una sonrisa sincera. Somos momentos bonitos, instantes agridulces, noches tristes. Somos detalles. Somos reales.

Y, entonces, en ese instante que tan solo dura un segundo, el cerebro se encarga de abrir la cerradura del cofre en el cual guardas todo lo que aprecias. Cede de tal manera que la tapa se abre y todo lo que hay en el interior sale de forma tan r?pida y tan fugaz que no puedes detenerlo.

? muito mais lisonjeiro,(...)lutar-se por alguma coisa bela e ideal e saber ao mesmo tempo que n?o se conseguir? alcan??-la. Os ideais ser?o algo que se possa alcan?ar? Viveremos para cabar com a morte? N?o, viveremos para tem?-la e tamb?m para am?-la, e precisamente por causa da morte ? que nossa vida vez por outra resplandece t?o radiosa num belo instante.